Cuando elegimos el suelo de nuestra vivienda o despacho, siempre valoramos la estética del mismo. Junto con el precio y la durabilidad suelen ser los atributos que barajamos para decidirnos por un tipo de suelo u otro. Pocas veces la dificultad en la limpieza del suelo suele determinar el que elegimos. Sin embargo la facilidad de la limpieza de un suelo y la resistencia a los productos de limpieza nos ahorrará tiempo para la limpieza y nos evitará enfados por daños que se hayan podido producir por tratarse de un suelo que no es resistente a productos ácidos como los zumos de cítricos o simplemente los vinos.

Los suelos de piedra, como el marmol, resultan muy bonitos y quedan muy bien estéticamente, pero con el tiempo se van deteriorando y pierden su resistencia frente a los ácidos que comentábamos anteriormente. Sin embargo, lo positivo de este tipo de suelos es que permiten ser pulidos y con ello la desaparición de las posibles manchas. Posteriormente se le abrillanta y queda como nuevo. Para la limpieza este tipo de suelos no es mejor ni peor que otros, acumula la misma sucidad pero deberemos de emplear productos especiales para su limpieza, puesto que son algo más delicados que los terrazos por ejemplo.

En general elijamos el tipo de suelo que elijamos deberemos de preocuparnos por su limpieza y emplear los productos apropiados para esos materiales. Si se realiza una limpieza con productos que no están indicados para esos suelos corremos el riesgo de estropearlo y  a veces se producen daños que no tienen solución.

Por ello, siempre recomendamos que se acuda a un profesional de la limpieza que pueda indicar qué producto se debe emplear para la limpieza de cada suelo, y cómo se debe aplicar el mismo para no dañarlo.

En Limpiezas Benito realizamos la limpieza de todo tipo de suelos y garantizamos su cuidado y mantenimiento.