La limpieza del coche es una tarea que normalmente no nos agrada realizar. Decir que la mayoría de nosotros cuando el coche es nuevo, o tiene poco tiempo, el hecho de tenerlo inpoluto, reluciente por dentro y por fuera, y oliendo a nuevo, nos da una grata safisfación. Sin embargo, conforme van pasando los años esta ilusíón la vamos perdiendo y terminamos descuidando el aspecto de nuestro vehículo, reduciendo la frecuencia de limpieza y acumulando objetos inservibles en su interior, para 'por si acaso...'.

Pero si queremos poder disfrutar nuestro vehículo muchos años, deberemos cuidar tanto la buena salud de su motor, componentes mecánicos, electromecánicos, electrónicos y neumáticos. Y la limpieza juega un importante papel para la longevidad, sobre todo para el interior del coche. Por ello te ofrecemos 5 consejos para que se sea más fácil realizar esta tarea.

1. Comenzar por las alfombrillas
Para limpiar las alfombrillas del coche lo ideal es extraerlas y lavarlas por separado. En los centros de limpieza de vehículos disponen de pilas con grifo donde podrás meter las las alfonmbrillas y lavarlas con un cepillo y el producto de lavado que desees. Después las escurriremos en el escurridor que también suelen disponer en el propio lavadero, y ponerlas a secar. Mientras tanto podemos...

2. Continuar cor el interior
Empieza por las partes más altas, como el tablero y el salpicadero, volante y resto de piezas a la vista, porque el polvo o partículas que se desprendan porque no podamos atrapar con el paño, terminarán en partes inferiores, de las que nos ocuparemos más tarde. Para el salpicadero, ya sea de un material derivado del plástico o sea con acabado de madera, podemos usar un producto de limpieza indicado para interior de vehículos, que aplicaremos con un paño o una gamuza. Sin embargo para la tapicería es conveniente usar un aspirador. En los propios boxes de lavado nos ofrecen aspiradores de gran potencia para realizar este trabajo. Deberemos de llevar especial cuidado con las tapicerías que sea de piel (cuero) o derivados porque puede dejar marcas si no lo hacemos con cuidado.

3. Pasamos a las ruedas
La parte neumática de las ruedas con un poco de agua es suficiente. Más importante es detenernos en este punto para observar el estado de las mismas. Fijarnos que tengan suficiente huella, y que no se observen grieta en las mismas. Ante cualquier imperfección deberemos consultar a un mecánico porque podríamos estar poniendo en riesgo nuestra seguridad. Por el contrario para las llantas, podemos utilizar alguno de los productos que hay en el mercado, pero cuanto menos ácido sea, mejor, porque la acidez puede provocar que las llantas pierdan brillo o color.

4. Carrocería
Lo ideal es usar una esponja (¡ojo no un estropajo!), y usar un producto tipo champú para lavar el coche. No emplees jabón de lavaplatos porque podrías estar eliminando la capa de cera protectora. Llena un cubo con agua y producto limpiador y dale una buena pasada a toda la carrocería. Aclara con agua abundante y seca la superficie con una toalla o papel de secado, que no araña la pintura y tiene un gran poder de absorción.

5. Cristales
Los cristales debemos de dejarlo para lo último. Para limpiarlos debemos de usar un limpiacristales, a ser posible que no lleve amoniaco. Tan sencillo como aplicarlo con una esponja, dejarlo unos segundos y lo retiraremos con un paño. Para un mejor acabado podemos usar papel de secado y nos evitaremos manchas y sombras indeseadas.